Esta molécula es un componente de la estructura de la matriz extracelular de la piel, en la que también encontramos el colágeno y las fibras elásticas. Por lo tanto, por así decirlo, es una importante columna de la arquitectura de nuestra piel que, desafortunadamente, tiende a desmoronarse con los años.
Una de sus grandes particularidades es –como decíamos– su capacidad para retener una importante cantidad de agua. ¿Sabías que una sola molécula puede contener hasta 1.000 veces su propio peso en agua? Esta increíble propiedad le ha permitido ganarse por derecho propio un hueco en los productos cosméticos. Así, se ha revelado como un ingrediente estrella e incluso la medicina estética confía en las virtudes antiedad del ácido hialurónico. No podemos pasar por alto que la medicina regenerativa y traumatológica también han decidido apostar por él para algunos de sus tratamientos.